Hay algo que aprendí después de años de sobrevivir entre pedidos, entregas, clientes tóxicos (sí, más adelante hablaremos de ellos) y días que terminaban sin que yo supiera qué hice…
Que si literalmente no tenés un plan, el caos te hace uno para vos.
No hace falta tener una empresa.
No hace falta tener empleados.
No hace falta facturar millones
(todavía).
Podes hacer mucho con tan solo una idea clara de lo que querés + el coraje de sostenerla todos los días, utiliza a tu favor lo que tenes…
Yo tengo rituales.
No porque soy mística, sino porque tengo metas grandes.
Cada semana me siento a mirar mi tiempo con lupa, si soy una maniática de aprovechar el tiempo al maximo, y logre cosas buenas siendo asi…
Me pregunto: ¿qué es lo que de verdad quiero lograr?
Y después, ¿cuál es el paso más pequeño que puedo dar para acercarme a eso?
No planeo desde el estrés, planeo desde la visión.
Porque si no lo hago, me lo come el fuego cruzado de lo urgente.
Y si vos todavía estás trabajando a pedido, sin estructura, con la sensación de que todo es un experimento eterno...
Te voy a decir lo mismo que les digo a mis alumnas los lunes:
Esto no se ordena solo. Esto se ordena con Foco & Acción. Y con decisiones que te incomoden, pero te acerquen.
Hoy dirijo un programa donde enseño exactamente eso.
Cómo dejar de correr y empezar a crear.
Cómo pasar del “ojalá algún día…” al “esto es lo que estoy construyendo hoy”.
¿Querés saber cómo?
→ Aplica al Programa Business Partners
Y si no aplicás, al menos hacé esto:
Elegí una sola cosa que querés lograr esta semana.
Y ponela en agenda como si tu vida dependiera de eso.
Porque, de algún modo, depende.
Nos leemos en la próxima.
Yo ya tengo mi plan. ¿Y vos?
Eli